La guerra envenena tanto la realidad física como las representaciones simbólicas del espacio, no dejando tras de sí más que cenizas y ruinas oxidadas, lentamente digeridas por una tierra herida.

«Cicatrices de Ucrania », el proyecto fotográfico de Daniel Beltrá nacido de sus dos viajes por Ucrania entre 2023 y 2024, arroja una cruda luz sobre las cicatrices infligidas por la guerra.

Reconocido por su fotografía aérea y por su apasionado compromiso con medio
ambiente, el artista español trabaja por primera vez en el corazón de un conflicto armado:
la agresión rusa contra Ucrania. Desde su llegada, provisto de autorizaciones oficiales, se enfrenta a las duras realidades de una nación bajo ley marcial: toques de queda, restricciones de movimiento, puestos de control omnipresentes y la repentina prohibición de usar sus drones. Así, clavado en tierra y privado de la altitud que siempre ha guiado su mirada, se encuentra cara a cara ante una sociedad herida en su carne y en su tierra.

Forzado a tomar otro prisma, Daniel se centra a partir de ese momento en la observación de los detalles y estigmas de la guerra. Ventanas de edificios residenciales hechas añicos, casas reducidas a meros esqueletos, cráteres abiertos por obuses, bosques ennegrecidos por las llamas, todos ellos representan líneas, texturas y materiales del vocabulario de la violencia.

A través del objetivo de su cámara, las ruinas se tornan en un lenguaje impuesto y brutal, abstracto y sin embargo profundamente real. Sus imágenes narran el pesado silencio del vacío físico y mental que los combates dejan a su paso.

Con «Cicatrices de Ucrania » de Daniel Beltrá, la tierra ucraniana ya no es simplemente el escenario de los dramas humanos causados por la guerra, sino que es a la vez testigo y espejo del sufrimiento de su pueblo. Esta tierra humanizada, marcada con el sello de las cicatrices sufridas, toma así otra apariencia. Transformado por la guerra, es todo el territorio del país el que encarna los gritos de la Nación.

Una tierra que se vuelve carne, memoria y resistencia, recordándonos que cada herida infligida al país es un ataque contra el alma de su pueblo. Un alma que, aun herida, resonará por siempre.

Deseamos expresar nuestro agradecimiento a la Embajada de España en Ucrania y al Ministerio de Protección del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Ucrania por brindar su apoyo para la realización de este proyecto.